jueves, 27 de agosto de 2009

ENCONTRARSE EN EL PARAÍSO INTERIOR

Ya tenía yo gana de zambullirme en el centro del "Paraíso Interior". Había oído ese anuncio que dice: "sigues siendo tú, pero algo cambia en ti". Lo certifico: es cierto. Han sido sólo tres días, pero han servido para calmar todo el deshasosiego producido por el conjunto de actividades propias de las vacaciones de los pequeños.











Tantas vivencias para ellos, que además, nos salpican a nosotros: los peces en el fondo de una poza del río Borosa, las cascadas, los jabalíes y ciervos que acuden a comer junto a nosotros al anochecer, el canto pausado y repetitivo de las aves en la madrugada mientras disfrutas del frequito que entra por la ventana, y tantos momentos más...







Hotel Rural La Hortizuela. Nuestra base de operaciones. Reformado refugio de guardas forestales, que mantiene una gran integración en el entorno.

El tiempo parece que no pasa. Que lo único que transcurre es el agua de la fuente de su patio central, que con su sonido te relaja y te transporta la mirada a los picos que nos rodean y al valle que se pierde mirando desde la piscina.

He dicho "piscina" ¿verdad?

Aunque no seamos conscientes de que la tarde corre, el sol lleva un rato acercándose a ese pico y pronto intentará esconderse detrás del mismo. Ese hecho es ajeno para casi todos los que estamos junto a la piscina, que somos muy poquitos, pero que disfrutamos del agua fría que nos hace sentir vivos y nos renueva, haciendo que todo lo que habitualmente enturbia nuestras mentes se congele, se pierda...

Estoy deseando volver para perdeme... volver y encontrarme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen material.