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lunes, 5 de diciembre de 2011

¡QUE ME QUEDO ALLÍ!

Han pasado veinte años desde que estuve allí la primera vez.



La ciudad ha cambiado muchísimo. Las gentes que allí habitan también y sobre todo yo.




Físicamente es evidente, pero sobre todo mentalmente: el tiempo nos transforma, tanto lo vivido, como lo no vivido.

¡Bueno! ¡Sí! Hace veinte años me gustó...

Pero hoy he sentido Londres: Apasionante.




jueves, 27 de agosto de 2009

ENCONTRARSE EN EL PARAÍSO INTERIOR

Ya tenía yo gana de zambullirme en el centro del "Paraíso Interior". Había oído ese anuncio que dice: "sigues siendo tú, pero algo cambia en ti". Lo certifico: es cierto. Han sido sólo tres días, pero han servido para calmar todo el deshasosiego producido por el conjunto de actividades propias de las vacaciones de los pequeños.











Tantas vivencias para ellos, que además, nos salpican a nosotros: los peces en el fondo de una poza del río Borosa, las cascadas, los jabalíes y ciervos que acuden a comer junto a nosotros al anochecer, el canto pausado y repetitivo de las aves en la madrugada mientras disfrutas del frequito que entra por la ventana, y tantos momentos más...







Hotel Rural La Hortizuela. Nuestra base de operaciones. Reformado refugio de guardas forestales, que mantiene una gran integración en el entorno.

El tiempo parece que no pasa. Que lo único que transcurre es el agua de la fuente de su patio central, que con su sonido te relaja y te transporta la mirada a los picos que nos rodean y al valle que se pierde mirando desde la piscina.

He dicho "piscina" ¿verdad?

Aunque no seamos conscientes de que la tarde corre, el sol lleva un rato acercándose a ese pico y pronto intentará esconderse detrás del mismo. Ese hecho es ajeno para casi todos los que estamos junto a la piscina, que somos muy poquitos, pero que disfrutamos del agua fría que nos hace sentir vivos y nos renueva, haciendo que todo lo que habitualmente enturbia nuestras mentes se congele, se pierda...

Estoy deseando volver para perdeme... volver y encontrarme.

jueves, 16 de octubre de 2008

AMSTERDAM: DE SEPIA A COLOR



Como siempre, hago muchas fotos, decenas, más bien cientos. Y algunas de ellas han sido en sepia. Las contemplo y mi percepción temporal se trastoca. Podrían ser fotografías tomadas hace muchos años.


Lo tengo claro: la esencia de esta ciudad es tan fuerte que la dimensión espacio ha obviado la dimensión tiempo.


Me fijo en las gentes que pasean, montan en bicicleta,

compran, conversan, o junto a un canal permanecen

sentadas en terrazas tomando café o té, ríen, se cuentan confidencias al oído…


Pero como siempre, mi mente no se queda ahí.

Mi mente ve a los que por allí pasaron y vivieron: en el reflejo del agua del canal veo a las familias que

abandonan su hogar empujadas de forma irascible.


Los veo, veo la desesperanza en los ojos de esos padres que miran hacia atrás, por la calle que vio crecer a los hijos que acompañan. No saben realmente lo que

les ocurrirá, pero un grave presentimiento les hunde el alma.

Veo el reflejo de una maleta, de un

sombrero, de abrigos largos y

pañuelitos en la cabeza. No hay música, ni siquiera de tristes violines que acompañan al violonchelo, tan sólo sollozos y abandono.

El dolor, cuando es intenso, puede crear una excepción espacio-temporal en la materia: y por eso los veo: su presencia está allí.

No hemos entrado en la casa museo de Anne Frank: no

necesito ver fotografías, ni que nadie me recuerde la historia, porque mi mente los ha visto al volver cada esquina, en el reflejo de cada ventana.


Y aunque Anne Frank perdió la batalla de la vida en el campo de Bergen-Belsen junto a su hermana Margot, ganó la guerra a los intolerantes. Ganó la guerra a los que acallaron su pluma extinguiendo su corta vida, porque después de todo se cumplió su deseo: ser escritora.


Un escritor no se considera como tal hasta que no se publica su obra. El diario de Anne Frank se ha publicado en más de sesenta idiomas y lo más importante: es

libro de texto en enseñanza secundaria en muchos

países. Es un registro vivo de los

sentimientos hacia el

horror.


Y sonrío junto a la casa de

Anne Frank. Aquí ya no cabe

más tristeza. La única manera de tapar ese agujero espacio temporal es la de equilibrarlo con mucho amor y alegría.


Por todo esto pienso que, a Ámsterdam hay que ir a

amar,

a amarse. A disfrutar de los rincones, las

esquinas, las fachadas, del intenso color amarillento de

sus árboles en otoño o de sus tulipanes en los balcones en

primavera. Hay que ir a ser tolerante y a ser tolerado.


El barrio Rojo es una demostración de la idea “ser tolerante y ser tolerado".


A lo largo de los años voy encontrando diferentes

definiciones del concepto de felicidad. Y suelen ser

definiciones que se pierden en el tiempo.


Aquí he encontrado otra. Felicidad es un efímero

sentimiento producido al brindar "por nosotros", en Ámsterdam, con una cerveza Heinequen y frente a una interesante y bella mujer.




jueves, 7 de agosto de 2008

MOLÉCULAS DE FELICIDAD


En Mallorca, en un paraíso perdido llamado Sa Punta: ha sido al observar uno de los atardeceres posiblemente más bonitos del Mediterráneo, cuando aconteció que:

En la superficie del mar había una molécula de oxígeno disociada en el agua que iba a ser respirada por un pez. En ese momento, una gaviota ha intentado comerse al pez y aunque no lo ha conseguido, sus alas han salpicado el agua que al leve contacto con el aire, en pleno proceso de vaporización, ha liberado esa molécula de oxígeno que el viento se ha encargado de traerme a mí. Y la he respirado. Ha llegado a los alveolos de mis pulmones y ha pasado a mi flujo sanguíneo. Hace un instante, transportada por un glóbulo rojo, ha pasado a gran velocidad por mi ventrículo izquierdo que con un gran impulso la he enviado a alimentar las células de los tejidos de mi cerebro, que como siempre, intenta deshacerse de todo lo que no le interesa y le ha soltado a un nuevo glóbulo, en su recorrido venoso, una modificación de oxígeno con un poquito de carbono (CO2). De vuelta a los pulmones, y unos instantes después, este gas se ha liberado en una relajante exhalación.
El viento, viajero en el espacio y el tiempo se la lleva hasta el grupo de algas que da vida a esta playa , y en el proceso básico para la vida en este planeta, le han quitado el Carbono y han liberado tan sólo el Oxígeno.

Ya es libre otra vez.

Es libre desde hace mucho tiempo. Esta molécula de oxígeno fue respirada por hombres neolíticos, talayóticos, romanos, vándalos, bizantinos, omeyas, almorávides, almohades, cristianos catalanes y aragoneses, mallorquines y turistas, y hoy por mí.

En este momento ha confluido mi visión de esta costa, el olor del mar, el sonido de la risa feliz de mis hijos que juegan entre sí y con sus primeros y efímeros amiguitos de verano. He tenido la misma visión que todos los que por aquí han pasado: he sentido el equilibrio de los elementos. Me he sentido parte del Universo. Sabemos que somos parte de él, pero miramos y estudiamos al Universo como si fuera algo ajeno a nosotros. Como el que se toca la otra mano sin querer darse cuenta de que es el mismo cuerpo.

Me he dado cuenta de que a veces la felicidad puede no tener nada que ver con la alegría y la sonrisa. Sino que puede ser un estado de placidez obtenido al sentirse en equilibrio con los elementos de la naturaleza que nos rodean.

Por la noche no he podido evitar salir a contemplar el firmamento. Y acompañado por el suave sonido de las olas he dibujado con mi mente las constelaciones.



Casiopea, Osa Mayor y Boyero.

domingo, 12 de agosto de 2007

"VACACIONES SUECAS"

Este verano por fin he podido contemplar algo que deseaba desde hace mucho tiempo: el Sol de Media Noche desde el Círculo Polar Ártico. Durante el solsticio de verano el sol te acompaña durante las veinticuatro horas que dura el día, es parecido a una puesta de sol permanente. No quiero imaginar lo duro que se puede hacer el otro solsticio, el de invierno, durante el cual, el mismo sol no aparece en todo el día. Para esta experiencia he elegido Suecia. Grandes superficies de terreno repletas de coníferas y abedules, bajo los cuales, habita una fauna salvaje y discreta cuyos sonidos se oyen en la lejanía. El aire puro embriaga mis pulmones mientras el olor a madera recién cortada aviva mi sentido del olfato. Qué fresquito hace: la temperatura que aquí miden en grados Fahrenheit es de 46,5 º F —que equivale a 8,05 º C, centígrados o Celsius—. Después del desayuno acompañado de galletas de jengibre, he salido a dar un paseo rodeado de arbustos de arándanos silvestres cuyo sabor me recuerda los guisos que he probado en los últimos lugares que he visitado: HEMNES, LEKSVIK, STRANDA, HÖLLVIKEN, ASPSKÄR, FLAREN, entre otros…


De todos estos rincones que he visitado he realizado bonitas fotografías, incluso he querido plasmar algunos detalles, sin olvidar momentos de ilusión de los preparativos. Me gusta hacer fotografías para ilustrar el blog, de esta manera queda probado el viaje o visita ante las mentes más incrédulas.



La verdad es que esta historia me empieza a parecer un poco extraña. Tengo la sensación de haberla vivido antes o haber vivido algo parecido, es como si estuviera experimentando un déjà vudel francés ‘ya visto’ —. ¿Será que anteriormente ya he estado aquí y he vivido todas estas sensaciones?



¡Oh no¡ por favor… me temo que ya tengo una explicación para todo esto y sé lo que ocurre. Estoy soñando y el déjà vu me ha inducido un sueño lúcido de esos en los que el soñador se da cuenta de que está soñando. Hace años padecía frecuentemente este tipo de sueños, fenómeno que era utilizado por mi parte para soñar lo que “me apetecía…”¿A qué será debido ahora?


Aunque estoy dormido, paulatinamente voy tomando consciencia del espejismo de historia que he vivido y de la realidad que está ahí fuera —cuando me despierte encharcado en sudor—.



¿Será todo debido a que llevo dos semanas montando muebles de IKEA? —multinacional sueca —, rodeado de tableros, láminas y encastres, todos de madera; y además, el calorcito que nos ha caído —queda constancia, en la siguiente fotografía, de la temperatura que hacía el otro día a la sombra, en grados centígrados y no Fahrenheit, cuando volvía de Mercadona e iba a continuar montando muebles de IKEA—.



¡Hasta la hora que se me ocurrió visitarles y caer en sus redes de “resultones y baratitos”! Claro que son baratitos, si te los traes tú a tu casa o pagas el transporte aparte, y luego además, se ahorran el montaje que para eso ya estás tú, en este caso yo. Me lo tengo merecido porque además he sido reincidente comprando en varias tiendas: Murcia, Sevilla y Alcorcón. En todos los casos he comido albóndigas suecas con guarnición de arándanos silvestres que dan de menú en el restaurante sueco y además he probado las galletas de jengibre de la tienda sueca.



¡Oh cruel realidad! siempre superas a la ficción.



Ahora lo veo claro: HEMNES, LEKSVIK y STRANDA son los nombres de los diseños de algunos muebles de dormitorio de niños y de adultos, y HÖLLVIKEN, ASPSKÄR y FLAREN son de los cuartos de baño. Estos nombres no lo son de bellos rincones sino que lucirán bellos en los rincones de la casa a la que nos vamos a mudar de forma inminente. Posiblemente, cuando despierte, el camión de mudanzas estará esperando en la puerta.



No quiero que finalice el sueño porque al despertar comenzará la pesadilla.



Podría despertar ahora y terminar aquí la historia, pero ya que tengo un sueño lúcido voy a aprovecharlo. Me haré el sueco y seguiré soñando lo que me apetezca…

martes, 22 de mayo de 2007

SU PRIMER GRAN VIAJE

Recuerdo mi primer gran viaje. Con seis años recién cumplidos mis padres me acompañaron para cruzar en barco el Estrecho de Gibraltar con destino a Ceuta. Una gran hazaña: viajaba a otro continente. En mi mente hay supuestamente almacenadas algunas imágenes, especialmente del trayecto en barco y del mar. Fue bonito no sólo porque era el primer gran viaje que yo realizaba, sino porque también fue el último que mi abuela habría realizado, a la edad de setenta y tres años finalmente había hecho realidad el sueño de conocer el mar, todo esto unos meses antes de morir. Aún hoy me pregunto cómo se puede vivir toda una vida sin haber visto el mar. Los grandes primeros viajes de mi padre o de mi abuelo fueron aún de mucha menor envergadura que el del Estrecho.


Los tiempos han cambiado. Hace pocos días y siguiendo la encomiable labor de intentar que nuestros hijos sean una versión mejorada de sus padres, hemos realizado el que será el primer gran viaje de nuestro hijo mayor. Aún no cuenta con tres años, aunque él mantenga desde los dos que tiene “teés”.

Su viaje iniciático podría haber sido diferente, pero entonces no habría sido tan especial: Venezia.

Especial ha sido su primer vuelo en avión, su primer trayecto en barco taxi, su primera línea de barco bus. También recuerda los canales a los que llama “pissina”, los cientos de palomas junto a él en la Piazza di San Marco, las velitas de la Basílica e incluso las palomas que entraban a que les diera de comer en el Mc Donals cercano a la plaza.

Tan especial como la ciudad ha sido el apartamento en el que hemos parado: Dorsoduro 1079.

A media tarde Inma dormía una placentera siesta con el único y relajante sonido del movimiento de las hojas de los árboles. Podría decirse que Diego y yo disfrutábamos del salón. Pasábamos la tarde rodeados de miles de libros, que en el salón como en cualquier otro rincón del apartamento, sus lomos nos llamaban con sugerentes títulos: TIZIANO, CANALETTO, PIERO DE LA FRANCESCA, PIERO CONSAGRA…


El silencio roto por el canto de los pájaros del pequeño bosque que nos rodea, algún sonido lejano del agua del canal y de fondo los sonidos que Diego hace al jugar y a veces sus pasitos sobre la tarima laminada de madera.

BOSCH, MATISSE, PICASSO, STORIA DEL ARTE ITALIANE, HOGARTH…


Enfrente de nosotros, la vidriera semicircular de una pared del crucero de la Iglesia de San Trovaso refleja con ímpetu el atardecer.



HENRY MOORE, ANTONI GAUDÍ, DE CHIRICO, JOAN MIRÓ…

Nos rodean también objetos pasados de moda todos ellos, pero que ocupan su lugar, un lugar ganado con el paso de los años, objetos posiblemente de pequeño valor material pero seguro que gran valor sentimental.

HISTORIA DE VENEZIA, 50 DISEGNI DI PICASSO, BARROCO PIAMONTESE…

Sobre las innumerables estanterías se disponen libros de gran formato, láminas, bellas cajas que contienen no sabemos qué secreto en su interior y que por respeto a la intimidad de quién allí vivió no se me ha ocurrido abrir.



MICHELANGELO ARCHITETTO, CRÍTICA D´ARTE, poesía, mucha poesía…

En ese instante el tiempo se detiene.

Diego juega con el juguete musical que le hemos comprado en el Ponte di Rialto. Es una abeja de madera fabricada por Bortolucchi. Él tira de la cuerda cada vez que la música acaba y me repite cada vez: “mira cómo sube, papá”.

BENEDETTO CROCE – FILOSOFÍA POESÍA STORIA, STORIA UNIVERSAL…

Entre los árboles centenarios del jardín-bosque está presente la torre de la iglesia. Sus campanas comienzan a tocar con la elegancia que el momento requiere. Diego sentado en el suelo, apoyada su espalda y con los brazos en cruz sobre el sofá, mira las campanas, las escucha a media tarde. Ya no necesita hacer sonar su juguete. Él es consciente como yo de que el tiempo se ha parado, de que no quiere que ese instante termine. Junto al sofá, bajo la lámpara de cristal de Murano, observa las campanas, el movimiento de las hojas y una vieja buhardilla de tejadito de visera. No sólo está el sonido, también hay olor. Se mezclan los aromas del Galán de Noche y del Dondiego de Noche y entran por el ventanal, también otros perfumes desconocidos para mí.

STORIA DE LA MÚSICA, STORIA DI VENEZIA, GIACOMETTI, MONET…



Es pequeño para ser consciente de lo que ocurre pero no para sentir y vivir ese momento de felicidad.


IMPRESSIONISMO, FILIPO DE PISIS, CARPACCIO, TINTORETTO…

Seguimos rodeados de Arte, algún grabado al aguatinta y muchas y coloridas acuarelas que junto a la firma indican el año en el que fueron creadas: S Anna, 1944, CAMPLIGI , 54. Todas las obras están fechadas entre 1944 y 1983.

TENDENCES CONTEMPORAINES, HISTOIRE DE LA PINTURE MODERNE…

Un mueblecito contiene discos de vinilo. Entre todos ellos, abunda la música de TCHAIKOVSKY y SCHUBERT, varios PIANO CONCERTO. Lástima que no esté el tocadiscos.


ANTOLOGÍA DE LA LÍRICA, Clásicos, Clásicos, Clásicos…

Mi mente perdida en el reflejo del cristal del gran ventanal, imagina lo que en otra época PALLUCCHINI ,el dueño del apartamento, pudo sentir al disfrutar de todo el arte que había dispuesto a su alrededor, de su música predilecta que escuchaba mientras su hija jugaba junto al sofá. Imaginaba su amor y dedicación al Arte y a su hija. Pensaba que todo lo vivido allí en otro tiempo no se había perdido, estaba allí contenido. Su hija actualmente mantiene la vivienda tal y como su padre la dejó. No creo que sólo haya heredado el inmueble sino también la apreciación del Arte.

GOETHE OPERE I, GOETHE OPERE II, GAUGIN, ANGELICO, DELACROIX…

Anochece y los aromas se complementan con el canto de una lechuza.

ZURBARÁN, RENOIR, BELOTTO, POUSSIN, LOTTO, L´OPERA COMPLETA DI 104 PINTORES, RINASCIMENTO Y RINASCENZE, TIZIANO Y EL CINQUECENTO…

Cada mañana, Diego despierta muy pronto, con la excitación propia del Día de Reyes. Está deseando bajar a la calle y repite: “vamos a la calle a ver la `pissina´, mamá”.

No me extraña que quisiera bajar: tras caminar por un vial de 60 metros entre los muros con contrafuertes del jardín de la iglesia, encuentra la alegría que da tener un canal en la puerta, una pintora que cada mañana retrata un rincón de la calle, y los alumnos del Liceo Artístico Statale y de las secciones de Filosofia e Teoria delle Scienze y de Italianistica e Filologia Romanza de la Università Ca´Foscari di Venecia que cruzan a las clases situadas en los palacios de enfrente o descansan sobre el césped del Campo de San Trovaso, junto al único taller de construcción de góndolas de la ciudad.










El cerebro cuando no recuerda lo que ha ocurrido en el pasado, inventa e imagina basándose en lo que le han contado. Si Diego en el futuro no recuerda este viaje, su cerebro podrá imaginar tomando como partida 294 fotografías, 62 minutos de vídeo y este relato.

Estamos deseando realizar el primer gran viaje de su hermano Pablo.