lunes, 2 de enero de 2012

TREINTA SEGUNDOS DE FELICIDAD.

Año Nuevo a medio día, me encuentro de paso por la acera que está frente a la Plaza de Colón. El sol calienta mi chaquetón y me genera un confort especial. Mi mirada se pierde entre la zona de juegos y aflora el recuerdo de mis hijos compartiendo momentos con sus amiguitos en sus primeros años. Año Nuevo, fugazmente repaso todos los cambios vividos el año anterior: ¡Uf, ha costado! Caben tantos pensamientos en treinta segundos de felicidad.

Suena el teléfono...

¿Sí?
...
¿Cómo?
...
 ¡Oh, no! ¡Otra vez!



No hay comentarios: