El intangible pero inmenso valor del momento
presente se nos escapa: instante a instante. Tal vez, con la preocupación de lo
que ya ocurrió y con el deseo sobre nuestro futuro, pasamos inadvertidamente
nuestro presente.
Una de
las frases más bellas que haya leído pertenece a Antonio Muñoz Molina y se
encuentra en El viento de la Luna: "Debería uno conservar el recuerdo de
la última vez que caminó de la mano de su padre". Este pensamiento es extrapolable a todo lo
pequeño y aparentemente insignificante de la vida, que paradógicamente puede
que sea lo más importante de la misma.
Mis
hijos de cinco y siete años, crecen rápidamente. Intento con ahínco disfrutar
cada momento con ellos como si fuese el último.
Hace pocos días me dice Diego:
—¡Papá! Cuando esté en la fila del colegio no me des más un beso, que me da vergüenza.
Una vez
más, como siempre, la vida se me adelanta y me sorprende. Soy incapaz de
recordar exactamente cómo ha sido la última vez que le he dado un beso en la
fila del colegio. Me consuelo pensando que si no lo recuerdo será porque no es
tan importante recordar ese preciso instante, frente a haberlo disfrutado
durante años. Disfrute que ha creado en
mí un recuerdo probablemente casi inventado y compuesto de multitud de imágenes
y emociones que fueron realidad.
Familiares,
amigos, compañeros y lectores ocasionales, a todos y todas os deseo que
disfrutéis intensamente todos los
pequeños momentos que estas Navidades Presentes os deparen y ojalá, los anhelos
sobre el Nuevo Año se conviertan finalmente en un recuerdo casi inventado y
compuesto de multitud de imágenes y emociones que fueron realidad.
3 comentarios:
¡¡Qué gran verdad, Diego!!
Esos momentos cotidianos y bonitos que pasan desapercibidos y que un día dejarán de producirse, hoy nos llenan de alegría sin que a penas reparemos en ellos. Y sin duda, son lo mejor de la vida. Vívámoslos intensamente y disfrutemos de cada beso y cada sonrisa infantil, de la ilusión y la emoción de estos días, de su cariño y alegría inmensos.
Feliz Navidad.
Besos.
Rosa.
Hola Diego, hola Inma,
¡que razón tienes!!, las cosas sencillas, son las más hermosas, y si tienen que ver con lo vivido con nuestro hijos, dejan una huella inborrable en nuestra mente que es merecedora de recodar dia a dia, y son el motor que nos hacen levantarnos todos los dias, para verles sus carillas, llevarlos al cole, recogerlos, compartir sus anhelos, sus deseos y en estos días, sus ilusiones (de los Reyes Magos), vividas con la mayor inocencia.
Una vez más, me has regalado un momento muy grato con la lectura de tu artículo. Gracias Diego, un besazo muy grande y esperamos veros pronto.
Eva
Rosa y Eva,
muchas gracias por regalarme vuestra visita y vuestro sentir.
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