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domingo, 9 de noviembre de 2014

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LAS NAVIDADES PRESENTES

El  intangible pero inmenso valor del momento presente se nos escapa: instante a instante. Tal vez, con la preocupación de lo que ya ocurrió y con el deseo sobre nuestro futuro, pasamos inadvertidamente nuestro presente.

Una de las frases más bellas que haya leído pertenece a Antonio Muñoz Molina y se encuentra en El viento de la Luna: "Debería uno conservar el recuerdo de la última vez que caminó de la mano de su padre".  Este pensamiento es extrapolable a todo lo pequeño y aparentemente insignificante de la vida, que paradógicamente puede que sea lo más importante de la misma.

Mis hijos de cinco y siete años, crecen rápidamente. Intento con ahínco disfrutar cada momento con ellos como si fuese el último.
Hace pocos días me dice Diego:

—¡Papá! Cuando esté en la fila del colegio no me des más un beso, que me da vergüenza.

Una vez más, como siempre, la vida se me adelanta y me sorprende. Soy incapaz de recordar exactamente cómo ha sido la última vez que le he dado un beso en la fila del colegio. Me consuelo pensando que si no lo recuerdo será porque no es tan importante recordar ese preciso instante, frente a haberlo disfrutado durante años. Disfrute que ha creado en mí un recuerdo probablemente casi inventado y compuesto de multitud de imágenes y emociones que fueron realidad.

Familiares, amigos, compañeros y lectores ocasionales, a todos y todas os deseo que disfrutéis intensamente  todos los pequeños momentos que estas Navidades Presentes os deparen y ojalá, los anhelos sobre el Nuevo Año se conviertan finalmente en un recuerdo casi inventado y compuesto de multitud de imágenes y emociones que fueron realidad.

sábado, 19 de noviembre de 2011

essentĭa

Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.


Lo más importante y característico de una cosa.

     Conjunto de características permanentes e invariables que determinan la naturaleza de un ser.

Me pregunto muy frecuentemente cuál es la esencia de algo. Y sobre todo, cúal es la esencia de una persona.

En la pintura es fácil encontrar la esencia de una persona: basta con simplificar todos los colores a uno y apurar la silueta al máximo: allí aparece la esencia.

También es fácil sentir la esencia de una persona cuando la recuerdas en la lejanía.

Lo realmente complicado es encontrar la esencia de una persona cuando la tienes frente a ti. Toda una gama de matices te inunda los sentidos por medio de la forma y distorsiona su fondo.

Hoy me he encontrado una canción que no escuchaba desde hace mucho tiempo. Creada por Bob Dylan, llegó a mí por medio de Bryan Ferry. Cantante este último, que le puso banda sonora a una parte de mi vida y que hoy me ha hecho recordar. Porque la esencia también se olvida.


Make You Feel My Love

When the rain is blowing in your face
And the whole world is on your case
I could offer you a warm embrace
To make you feel my love

When the evening shadows and the stars appear
And there is no one there to dry your tears
I could hold you for a million years
To make you feel my love

I know you haven't made your mind up yet
But I would never do you wrong
I've known it from the moment that we met
No doubt in my mind where you belong

I'd go hungry, I'd go black and blue
I'd go crawling down the avenue
There's nothing that I wouldn't do
To make you feel my love

The storms are raging on the rollin' sea
And on the highway of regret
The winds of change are blowing wild and free
You ain't seen nothing like me yet

I could make you happy, make your dreams come true
There's nothing that I wouldn't do
Go to the ends of the earth for you
To make you feel my love


martes, 21 de junio de 2011

UN COLEGIO PINTADO CON ACUARELA

Algunas mañanas tengo el placer de llevar a mis hijos, Diego y Pablo, a su colegio: CEIP COLÓN.

Esos instantes del presente, como por arte de magia me trasportan a momentos de mi pasado y también de su futuro.

De mi pasado recuerdo tantos momentos y tantas personas… A esto ha contribuido el intangible regalo hecho por mis padres al guardarme en una carpeta todos los boletines de notas, fichas de alumno, programas de fiestas, etc…


Recuerdo especialmente a mis maestros/as de Educación General Básica:

1º D. Gabriel Gijón Crespo
2º D. José Rayo Lombardo
3º D. José M.Nieto Ruiz
4º D. Pedro Ruiz López
5º Dª. Cristina Rodríguez Núñez
6º, 7º y 8º D. Cayetano Núñez Medina

También recuerdo a algunos/as maestros/as de la segunda etapa como: Dª. Catalina, Dª. Francisca, Dª. Sagrario, D. Antonio y de nuevo el buen recuerdo de D. José Rayo.

Les sigo dando el tratamiento de don y doña, ya que en aquella época formaba parte inherente de sus nombres.

Actualmente no están en el colegio y algunos/as de ellos/as incluso ya nos han dejado. Sin embargo, todos/as gozan de la inmortalidad que da habernos enseñado multitud de contenidos y aspectos, que sin ser conscientes ellos/as, ahora nosotros los enseñamos a nuestros/as hijos/as o alumnos/as. Se mantienen en mi cabeza sus anécdotas, historias y moralejas: forman parte de mí.

Como en todos los sitios, también existieron algunos que su falta de dedicación ha sido premiada con el olvido.

Recuerdo el primer día de colegio allá por septiembre del 75. Recuerdo momentos históricos de la transición. También recuerdo perfectamente la mañana siguiente al golpe de estado del año 81, en la que el profesorado se mantenía en un aula escuchando atentamente la radio, mientras los pocos alumnos de 6º B que ese día fuimos, ajenos al alcance de los hechos, jugábamos al bate en el patio del colegio.

Los pensamientos del pasado me trasportan al futuro. Si aquella generación ha sido capaz de llegar hasta aquí partiendo de unos medios bastante precarios... Puedo imaginar hasta dónde pueden llegar nuestros/as hijos/as.



Siempre he pensado que los sueños son imágenes deseadas sobre el futuro pero ataviadas de la calidez que le da el estar pintadas con acuarela. Y así veo al colegio y su alumnado: ellos/as serán lo que quieran ser. En ese aspecto Inma y yo estamos muy tranquilos, sabemos que nuestros hijos, en sus primeros años de formación, han estado en las mejores manos.

Este último pensamiento me lleva al presente. El presente que nos han dedicado personas como:

"La seño" Maricarmen Ortuño

"La seño" Montse Ocaña

"La seño" Puri Cámara

"La seño" Luisa Jiménez
Doy sus nombres sabiendo que los/as demás profesionales no se molestarán, dado que con ellas hemos tenido mayor contacto que con el resto. Además, escribo estos nombres, sabiendo que sus cualidades son extensivas al resto del profesorado. Me refiero a que “para muestra sirve un botón”.

Estos años también hemos vivido unos profundos cambios que han servido como comienzo de una etapa dorada para este colegio. Y es dorada hasta tal punto que muchos padres y madres sufren estrés al pensar que sus hijos no sean admitidos en el colegio "Colón".

La persona que ha liderado estos cambios ha sido Juan Carlos García, el actual director. ¿Qué puedo decir de Juan Carlos sin temor a equivocarme? Tan sólo que es una de esas personas que muy pocas veces se encuentra uno en la vida, en la que confluye la gran profesionalidad y la belleza interior: un lujo al que no estamos acostumbrados.

Desde que mis hijos tuvieron la suerte de ser admitidos en este colegio, he observado muchos detalles por parte del profesorado, equipo directivo, personal de administración, sin olvidar tampoco a Bárbara. Estos detalles son ese kilómetro extra que siempre están dispuestos/as a recorrer los/as buenos/as profesionales, al dar más de lo que se espera de ellos/as.

El complemento perfecto en esta Comunidad Educativa es la AMPA del colegio. Un grupo de madres y padres que nos obsequian a todos con su más valioso bien: su tiempo. Tiempo que dedican a programar y realizar gran cantidad y variedad de actividades durante todo el curso. Consiguen sobradamente enriquecer las relaciones entre las familias y el colegio.


Nunca he realizado un escrito tan repleto de elogios, pero ello es debido a que no hay aspecto más importante de nuestras vidas que la educación de nuestros hijos.


Quiero terminar este escrito sobre nuestro colegio y sus integrantes, animándoles a seguir creciendo. Y para ello, nada mejor que unos versos de Rafael Alberti, de su Marinero en Tierra:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.

Fdo.: Diego Martos Catena
(Padre de Diego y Pablo Martos Arévalo y antiguo alumno).

miércoles, 2 de abril de 2008

EL SABOR DE UN BESO

Hace unos días nos informaron en los medios de comunicación del cambio de estación. Y la verdad es que yo había cambiado de estación como el que pasa las páginas finales de un periódico. A los pocos días se ha adelantado el reloj como consecuencia del aumento del número de horas de luz. Incluso a principios de febrero comentábamos algunos compañeros que los jardines del instituto estaban repletos de flores y de orugas: para ellos ya había llegado la primavera. Todo esto había pasado por mi mente sin llamar un ápice mi atención. Pero ayer, caminando hacia la biblioteca del Campus, ensimismado en mis pensamientos, sin avisar, vi sorprendidos mis sentidos por un sinfin de sensaciones. De pronto me he sentido rodeado de vida: los jóvenes alumnos y alumnas sentados, tumbados, abrazados de forma furtiva unos y descaradamente otros, ríen, se besan, escriben en sus ordenadores portátiles, leen, conversan, navegan, esperan, disfrutan… Los jardines están inundados de floridas plantas entre las que destacan enormes flores de uña de león que dan pinceladas cargadas de color. La brisa mueve con elegante vaivén las hojas de los árboles y las finas hierbas. La temperatura, que no el aire, acaricia la piel. Tantos recuerdos vienen a mi mente. Para mí, este es el momento más especial del año. Y cuando digo momento, me refiero a estos precisos segundos que no se volverán a repetir hasta el próximo año. Este momento en el que disfruto del instante presente y mi mente se inunda de recuerdos de sensaciones que me llegan de dieciocho o veinte años atrás. Sensaciones que se repiten año tras año y que me hacen feliz. Es difícil explicar con palabras la explosión de los sentidos en primavera:

La imagen de tu sonrisa.

El sonido del elegante balanceo de la hierba.

El olor de las flores.

El tacto de una caricia.

El sabor de un beso.



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jueves, 6 de septiembre de 2007

SÍNDROME POSTVACACIONAL

He recibido un correo electrónico de una compañera del cibergrupi en el que me comenta su malestar de ánimo por la finalización de las vacaciones. Y se me ha ocurrido contestarle, haciendo extensiva la respuesta a los demás, por si alguien más se encuentra en la misma situación. Así que…

Estimada amiga y/o estimado amigo:

Aunque no soy la persona más adecuada para hablarte de este tema, empezaremos por la teoría.

En principio no te preocupes por tu mal, ya que la depresión postvacacional, como depresión exógena y “post” que es, desaparece cuando se esfuma la causa que la ha originado. Y para eso, lo mejor es ponerse manos a la obra lo antes posible y adentrarse en los pormenores del trabajo rápidamente.

Los humanos somos cíclicos en nuestro comportamiento. Necesitamos ritmos repetitivos como el circadiano, semanal, mensual, anual e incluso el electoral. Nuestro comportamiento es como el de un Vals, dos tiempos lentos por cada fuerte. Es decir, por cada varios momentos malos tenemos uno bueno. Por ello, no te obceques en subir el volumen cuando parece que el tiempo lento es tan bajito que aparenta incluso que ha terminado la pieza, porque cuando menos te los esperes, aparece el tiempo fuerte sorprendiéndote gratamente.

Además, piensa que por fin te vas a librar de esos consejos que has estado escuchando incesantemente todo el verano, como:

- Para hidratarte bebe agua.

- No hagas ejercicio después de comer, bajo el sol y a más de 40ºC.

- Para tomar el sol ponte crema protectora con filtro solar.

- Etc…

Consejos que siempre da algún experto como si fuese una novedad e incluso, con la misma rotundidad como si esta persona hubiera desarrollado, por fin, la fusión fría, salvando así a la Humanidad del colapso energético.

Así que olvídate de todo y ármate de valor, monta en tu vehículo, pon en el reproductor a todo volumen el tercer acto de la ópera “La valquiria” conocido como “La cabalgata de las valquirias” de Richard Wagner y según sea dónde te encuentres, galopa junto al oscuro y bello Mar Mediterráneo, o al mar de olivos de oleaje verde y plata y dirígete con alegría al puesto de trabajo.

Aunque ahora que lo pienso…Hace unos días terminó la Feria de Linares, finalización que recuerdo desde siempre como coincidente con el fin de las vacaciones, además, estos días estamos comprando el material escolar para nuestros hijos como antaño nuestros padres hacían con nosotros. Y mirando, mirando al cielo estrellado de las seis de la madrugada que son: se comienza a vislumbrar a estas horas, ya, la constelación de Orión, constelación puramente de invierno. No sé… me estoy empezando a sentir raro, triste, deprimido. Con el ánimo tan alto que había empezado este escrito. Tendré que volver a los consejos, para ver si me surten efecto a mí.

Los romanos, que de diversión sabían bastante, también sabían volver al trabajo y enarbolaban la expresión:labor omnia vincit (el trabajo todo lo puede).

¿Y estos latinajos a qué vienen ahora? ¿Será que me está ocurriendo lo mismo que a la niña de la película “El Exorcista”? Que presentaba como síntomas de posesión demoníaca: hablar en latín y otras lenguas muertas, en diferentes idiomas no conocidos por ella e incluso al revés, es decir, de atrás hacia delante. Porque lo que a ella realmente le ocurrió no tenía nada que ver con diablos y tinieblas, sino que la verdadera historia fue tan simple como que le dijeron que las vacaciones se acababan y el síndrome postvacacional se apoderó de ella.

Antes de que a mí me ocurra algo parecido te deseo:

Feliz retorno al trabajo

Happy return to the work (inglés)

Retour heureux au travail (francés)

Ritorno felice al lavoro (italiano)

Lycklig retur till arbetet (sueco)

Retorno feliz ao trabalho (portugués)

Glückliche Rückkehr zur Arbeit (alemán)

Gelukkige terugkeer naar het werk (holandés)

счастливое возвращение к работе (ruso)

(árabe)عودة سعيدة إلى العمل

ευτυχής επιστροφή στην εργασία (griego)

仕事への幸せなリターン (japonés)

일에 행복한 반환 (coreano)

愉快的回歸到工作 (chino)

Feliç volta al treball (catalán)

Visto este último fenómeno políglota, creo que ya sólo me falta hablar al revés.

¡orrocoS!

¡eduya em neiugla éuQ!

.lanoicacavtsop emordnís le rop odíesop odis eh etnemavitinifeD

.odulas nU

anetaC sotraM ogeiD

miércoles, 11 de abril de 2007

EN OTRA VIDA

Existen en el mundo lugares especiales en los que cuando te encuentras en ellos sientes una sensación que te llena, tal vez de felicidad. Si creyera en la reencarnación pensaría que en anteriores vidas habría vivido allí, y muy probablemente habría sido feliz. Esa sensación de libertad inigualable se habría transportado en el tiempo.

Son varios los sitios en los que esa sensación me ha inundado. Sin embargo existe uno singular. Uno en el que la sensación se produce por haber vivido otra vida en otro tiempo, pero dentro de esta vida: Almería.

¿Qué ha quedado? Han quedado recuerdos y sensaciones sobre el trabajo hasta la extenuación, sobre sueños cumplidos, sobre amigos que se han dejado la piel unas veces conmigo y otras veces junto a mí. Queda en el recuerdo la mirada de mis hijos hacia la inmensidad al contemplar por primera vez el Mar Mediterráneo. Queda el vacío que dejan las mil voces de todas las personas que allí he conocido. Queda el recuerdo de lo vivido y también de lo que quedó por vivir. Y como la luz también se puede recordar, queda el recuerdo de la luz. Cuando un paisaje tiene toda la luz se puede permitir atardecer cada día de un color diferente. Recuerdo las puestas de sol en el faro de la bocana del puerto de Almería, en el bosque de pitacos, en la bahía, en el Collado García, en el peñón de Mónsul, en Genoveses, en San José, en la vieja iglesia de las Salinas de Cabo de Gata, en Punta Entinas, en la torre del puerto de Almerimar
Desde que me marché he podido ir algunas veces y aunque esté allí menos tiempo del que tardo en ir y volver, me merece la pena pasar “unos momentos de sensaciones”.

jueves, 21 de diciembre de 2006

FELIZ NAVIDAD 2006





Hoy termina el otoño, comienza el invierno y lo que eso conlleva: aparece la Navidad. Una perfecta excusa para dirigirme a vosotros. Como otras veces, podría hacer un repaso de tópicos de la época. Seguro que nos reiríamos bastante. Pero... esta vez no va a ser así. Para tópicos ya está el nuevo anuncio de televisión de la Lotería Nacional de Navidad. Nos han quitado al famoso Calvo, y sobre todo, nos han quitado algunos momentos de emoción contenida. Lo han cambiado por "lo que toca hacer en Navidad". Por momentos estereotipados. Muchos de ellos, no compartidos por todo el mundo. Con lo que por ejemplo, los que estáis en Almería y no pasáis frío, ¿entonces, no vais a vivir plenamente la Navidad? ¡Qué sabrán algunos publicistas de la Navidad! Ellos tan sólo hacen la equivalencia que les mantiene en su puesto de trabajo: Navidad = $, aunque lleven parte de razón, no es la única equivalencia. Me quedo esperando las vuestras, y mientras tanto ahí va la mía:


No conozco a nadie que no se queje de que "no tiene tiempo". No nos damos cuenta, pero es falso, todos tenemos 24 horas al día. Lo que pasa es que gran parte de ese tiempo lo empleamos de una forma rutinaria e inadecuada para la consecución o al menos el acercamiento a la felicidad. ¿Y qué ocurre con la Navidad?: más vacaciones, menos responsabilidades, menos nivel de exigencia por parte de los demás y de nosotros mismos, en fin... un respiro. Con esa sensación de alivio el tiempo se nos ensancha, o eso parece. Además, la barrera psicológica del cambio de año, nos hace pensar en los errores del año que se va, y los anhelos para el que viene. Por tanto, tenemos unos minutos para pensar en lo que queremos ser de aquí en adelante. Eso nos da fuerza para continuar, para pensar que todo no está perdido para siempre: existe esperanza.


Al mismo tiempo que aclaramos nuestras ideas, y haciendo uso de esa apreciación elongada del tiempo, dedicamos un poquito más a esos que nos rodean y a aquellos que están lejos y vuelven, o no vuelven. Por unos momentos, nos olvidamos de todas las connotaciones que rodean nuestra vida y disfrutamos, sin darnos cuenta, del brillo de las sonrisas, de las miradas con ojos ilusionados, de un abrazo que dura un instante más de lo habitual, de una voluntariosa nota musical —aunque sea de zambomba desafinada —, en definitiva de Calor humano.

Esta vez, no quiero haceros reír: sólo quiero que sintáis un poquito de mi Calor.
No os voy a desear las felices navidades de siempre.

Os deseo un feliz Tiempo de Navidad, rebosante de abundante Calor humano.