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miércoles, 25 de marzo de 2015

La vida...


Inútil la vida... si buscas su "por qué". Color, sabor, aroma, como el vino tinto; calor, cuerpo, tacto, como la pasión y el deseo; momento, emoción, sentimiento, como la lágrima y la risa; así es la vida si intuyes su "para qué"...




martes, 18 de noviembre de 2014

martes, 11 de noviembre de 2014

domingo, 9 de noviembre de 2014

lunes, 8 de julio de 2013

If Not For You

Todo el mundo necesita que de vez en cuando alguien le diga:

If Not For You


If not for you,
Babe, I couldn't find the door,
Couldn't even see the floor,
I'd be sad and blue,
If not for you.

If not for you,
Babe, I'd lay awake all night,
Wait for the mornin' light
To shine in through,
But it would not be new,
If not for you.

If not for you
My sky would fall,
Rain would gather too.
Without your love I'd be nowhere at all,
I'd be lost if not for you,
And you know it's true

If not for you
My sky would fall,
Rain would gather too.
Without your love I'd be nowhere at all,
Oh! What would I do
If not for you.

If not for you,
Winter would have no spring,
Couldn't hear the robin sing,
I just wouldn't have a clue,
Anyway it wouldn't ring true,
If not for you.

If not for you.
If not for you.




domingo, 7 de julio de 2013

sábado, 28 de abril de 2012

HOY ME SIENTO desigual®

Hace tiempo que le sigo la pista a desigual®. Me fascina su especial aplicación del color, que predomina sobre el corte de las prendas. Blanco, gris y negro, mágicamente combinados con el resto de colores. Colores a los que se les han añadido una pizca de negro. Este detalle los hace colores tostados que no "gritan" junto al gris o al negro. Otro detalle es que estos dos últimos colores denotan elegancia y distinción.

Resumiendo, desigual® nos presenta prendas de colores llenos de vida y distinción.


Mi caso práctico:

Necesitaba un maletín o cartera para llevar el portátil al trabajo. Durante días imaginé las características que esta cartera debería tener para cubrir mis necesidades. Entre otras, esas características eran: color adecuado, un número determinado de apartados y muy especialmente algún tipo de tirantes para poder llevarla colgada los días que fuese en bicicleta. 

Hace pocas semanas entré en desigual® buscando ropa para mis peques.  Encontré casualmente una cartera. No tenía nada que ver con la idea que yo me había forjado en base a mis necesidades, pero allí estaba, era: LA CARTERA.


En décimas de segundo todas mis premisas y limitaciones autoimpuestas saltaron por los aires. Un cortocircuito mental me hizo olvidarlo todo y en mi desorientación, tan sólo percibía de ese objeto lo desigual que me iba a hacer del resto de mis compañeros. En la actualidad, aunque por fin nos sabemos todos distintos, llevamos vidas paralelas y casi iguales. El "sentirse diferente" es un valor añadido, una ventaja competitiva que desigual® ha sabido transmitir.


Acepto que he caído en sus redes, aparentemente como un pardillo, en lo que el profesor de psicología del consumo Dan Ariely denomina Las trampas del deseo. Digo aparentemente, puesto que pardillo, pardillo, sería si me creyese un ser racional y no diera crédito a que el instinto, la irracionalidad y la emoción son los que finalmente comandan nuestras grandes decisiones y no digamos las pequeñas. Simple psicología evolutiva o tal vez: la chispa de la vida.


Terminando con mi caso práctico, puedo concluir que finalmente lo que me he comprado por cuarenta euros ha sido una "sensación de parecer distinto".


Ah... por cierto, esta sensación que me he comprado por cuarenta euros trae de regalo, totalmente gratis, una cartera  para el portátil en la que se destaca:

 desigual®  NEW YORK