martes, 1 de marzo de 2011

“Yo me fui, no sé hacia dónde...sólo sé que me perdí...Yo me fui, no sé hacia dónde... y yo solo me perdí” (Fito)

Ha pasado un año, siete meses y dos días desde que hice la última entrada en este blog. Me ha ocurrido lo mismo que a Fito en su canción.

¿Quién ha tenido la culpa de esto? Tal vez la vida, la crisis de los cuarenta o simplemente yo.

Desde entonces, el ser humano ha seguido evolucionando, el planeta dando vueltas y el Universo no ha dejado de expandirse. Incluso los escritos, como hacen siempre, me han atormentado queriendo ser plasmados. Los he ignorado una y otra vez, y finalmente se han quedado allí en el lugar de donde vienen. En toda esta historia el único que ha perdido he sido yo; que con mi pasividad he dejado de expresar mi visión del mundo que me rodea. Y esto último creo que me centra y me ayuda a ser mejor persona. 
Según Wikipedia: Crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις) es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura.

jueves, 27 de agosto de 2009

ENCONTRARSE EN EL PARAÍSO INTERIOR

Ya tenía yo gana de zambullirme en el centro del "Paraíso Interior". Había oído ese anuncio que dice: "sigues siendo tú, pero algo cambia en ti". Lo certifico: es cierto. Han sido sólo tres días, pero han servido para calmar todo el deshasosiego producido por el conjunto de actividades propias de las vacaciones de los pequeños.











Tantas vivencias para ellos, que además, nos salpican a nosotros: los peces en el fondo de una poza del río Borosa, las cascadas, los jabalíes y ciervos que acuden a comer junto a nosotros al anochecer, el canto pausado y repetitivo de las aves en la madrugada mientras disfrutas del frequito que entra por la ventana, y tantos momentos más...







Hotel Rural La Hortizuela. Nuestra base de operaciones. Reformado refugio de guardas forestales, que mantiene una gran integración en el entorno.

El tiempo parece que no pasa. Que lo único que transcurre es el agua de la fuente de su patio central, que con su sonido te relaja y te transporta la mirada a los picos que nos rodean y al valle que se pierde mirando desde la piscina.

He dicho "piscina" ¿verdad?

Aunque no seamos conscientes de que la tarde corre, el sol lleva un rato acercándose a ese pico y pronto intentará esconderse detrás del mismo. Ese hecho es ajeno para casi todos los que estamos junto a la piscina, que somos muy poquitos, pero que disfrutamos del agua fría que nos hace sentir vivos y nos renueva, haciendo que todo lo que habitualmente enturbia nuestras mentes se congele, se pierda...

Estoy deseando volver para perdeme... volver y encontrarme.

lunes, 24 de agosto de 2009

AMISTAD EN LOS VILLARES

En un lugar de Los Villares, de cuyo nombre ya sí me acuerdo...el tiempo que tardarían las manillas de un reloj en recorrer varias horas, se ha dilatado hasta hacernos perder la noción de su paso. Otro año más, el segundo, nos han invitado a su chalet. Alberto y Cristina, tened cuidado puesto que así es cómo se crean las tradiciones: sólo hace falta que un encuentro se realice dos veces y tener ganas de que se vuelva a repetir. Estaremos encantados de seguir la tradición. Y, si no que se lo pregunten a Diego y Pablo.




Y de nuevo Alberto nos ha hecho un sabrosísimo arroz que él llama "campero". Aunque esta vez ha tenido la ayuda de David. Me huele que muy pronto le tomará el relevo a la hora de cocinarlo.

Parece que todo sigue igual, pero año tras año los pequeños cambios que disimulamos los padres son gratamente enmascarados por la enorme y rápida evolución de nuestros hijos. Quién iba a imaginar hace veinte años todo esto. Pero por otro lado: no había por qué pensar que fuera distinto.

Aquí, estamos rodeados de paisaje. Y como las fotografías del entorno no plasman su belleza ni su inmensidad, por eso no aparecen en esta entrada al blog. He preferido subir fotografías de algunos momentos de placidez y alegría vividos de puertas hacia dentro.


Observando la relajación de Inma en la hamaca de árbol a árbol, podemos imaginar la conversación: "ya es hora de irnos, bueno... sí... ahora nos iremos, o tal vez un poco más tarde..."

Pero claro, es difícil marcharse cuando se está rodeado de un paisaje espléndido, complementado por un jardín cuidado con mucho mimo. Con el mimo que Cristina le da.

Pero no creamos que sólo es ella la que trabaja en la casa. No nos equivoquemos: Alberto tiene una huerta. Y cuando termina de arreglarla, se dedica a ingeniar riegos, luces, toldos...

En definitiva: Laura y David están aquí en la gloria. Y esa es la sensación que compartimos todos los que aquí venimos. Así que: ¡hasta el año que viene!

Aunque ahora que lo pienso... tendremos que visitaros en pleno invierno, para hablar de nuestras cosas, acogidos por el fuego de la chimenea del salón, mientras contemplamos las cumbres nevadas de los montes de este trocito de "Paraíso Interior".

martes, 28 de abril de 2009

SOSTENIBILIDAD: UN CONCEPTO UNIVERSAL

Artículo escrito para la revista "El Son del Cántaro" del IES María Bellido.

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¿Es correcto escribir un artículo cuya palabra principal del título no exista en el diccionario? La  palabra “sostenibilidad” aún no aparece en el Diccionario de la Lengua Española. En su próxima edición, la vigésima tercera, nos van a adelantar el término: “sostenible”.


Como siempre, el progreso humano va un paso por delante de la aceptación del mismo por parte de la sociedad.


Aunque todos tengamos una idea más o menos clara de lo que significa este concepto, como no está en el diccionario, es difícil decantarse por una definición. Por esto, por ahora, y por su sencillez, tomo la orientación que nos ofrece Wikipedia: equilibrio de una especie con los recursos de su entorno.


El Hombre es la única especie conocida que no se ha adaptado al medio, por el contrario, lo que ha hecho en su evolución ha sido adaptar el medio a sí mismo, hasta hoy a cualquier precio medioambiental. Tengamos en cuenta que en el mundo global en el que hoy habitamos, el entorno ya no es sólo el cercano sino todo el planeta.


Las sociedades avanzadas han necesitado seis millones de años para acuñar el concepto del que hablamos, toda la evolución humana hasta el momento para darse cuenta de lo que las sociedades tribales saben desde el principio. Y son los individuos de estas tribus los que más se han adaptado al medio y no al contrario.


¿Significa esto que la Humanidad debe renunciar al Progreso? Dejaríamos de ser Humanos si lo hiciéramos. La respuesta a esta pregunta la da la primera palabra de nuestra sencilla definición: “equilibrio”.


No quiero terminar estas pinceladas de buenas intenciones sin justificar la segunda parte del título. ¿Cómo se le puede dar a un concepto que no existe en el diccionario el carácter de Universal? “Sostenibilidad” no es aplicable sólo al medio ambiente, los recursos o la economía. Puede ser que la Humanidad, al excavar entre las primeras ruinas, haya encontrado un concepto mágico que sirve para todo:


La verdad es sostenible. Y también la paz y la amistad. La igualdad es sostenible y no el rencor. Podemos hacer un largo listado de las palabras que expresan valores que se pueden sostener en el tiempo dando como fruto una sociedad mejor y duradera, siempre que desterremos sus antónimos.


El Hombre como especie es un ser creativo. Y ha llegado al punto actual de progreso gracias al don de la innovación. No tenemos tiempo para demorar el conocimiento de que la única innovación sostenible en el tiempo es la capacidad de aprender más rápido de lo que se difunde el efecto nocivo de algunos de nuestros inventos.


Si quieres saber más puedes comenzar por:


http://www.sostenibilidadaldiccionario.com/

http://www.rae.es

http://portalsostenibilidad.upc.edu/


Puedes continuar buscando en Wikipedia:


- Sostenibilidad.

- Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible.

- Protocolo de Kioto.


A partir de aquí: innova, crea. Pero de forma sostenible.


martes, 21 de abril de 2009

EL SECRETO ESTÁ EN LA MASA

De repente miras a alguien.

Alguien te mira a ti.

Y ocurre algo extraño. Ambos pensáis:
"¿nos conocemos?"

Eso ya da igual: realmente es como si os conocierais.

A partir de ahí es fácil. El camino ya estaba andado antes del encuentro.

Los psicólogos dicen que es simplemente empatía.
Los psiquiatras mantienen que es un fallo del cerebro, que se cree que ese momento o esa persona ya los ha vivido.
Los religiosos: designios de Dios.
Los deterministas piensan que es el destino.
Los budistas se reconocen de reencanaciones pasadas.

Todos no pueden llevar la razón.

Podría existir otra razón más sencilla que todo eso: la materia.

Conocemos una pequeña parcela del Universo. Y a todo lo que tocamos o vemos cerca o muy, muy lejos, lo llamamos materia. Bueno, ahora ya se ha descubierto la antimateria, pero hoy no vamos a entrar por ahí. La mayor parte del Universo está compuesta por la materia oscura. No sabemos lo que allí hay. Pero sí sabemos que lo que allí habita es tan poderoso que no deja escapar ni tan siquiera el más leve rayo de luz.

Y con esta idea de “dejar escapar” ya hemos llegado al concepto de las fuerzas más abundantes y desconocidas del Universo: las fuerzas de atracción y las fuerzas de repulsión. Todo lo que nos rodea incluyéndonos a nosotros mismos, se atrae, se repele o se mantiene en un fino equilibrio entre las fuerzas de atracción y las de repulsión. Y esto se aplica al átomo, las moléculas, los objetos, los cuerpos, las grandes masas, los planetas, estrellas, sistemas, galaxias, etc… Vamos que esto no es algo nuevo y ni mucho menos lo estoy descubriendo yo. Dejemos por ahora esta idea, para retomarla después.

El futuro se crea a cada instante. Es un proceso creativo. El instante que viene y una parte o toda la materia que lo compone no existe y se crea. Se crea siguiendo unas leyes creativas. Estas leyes creativas son una especie de leyes científicas (para entendernos), pero que en vez de ser cuantitativas, como estamos acostumbrados en la física y en las matemáticas, son cualitativas y relativamente caprichosas: claro está: si es que son creativas. Y las llamo científicas puesto que partiendo de bases diferentes suelen dar como resultado productos parecidos. Como cuando un músico usa la técnica del transporte para tocar una pieza usando diferentes escalas en cada caso, pero reconociéndose al final una sola melodía.

Esas leyes creativas fabrican la materia tomando como base todo aquello que tienen guardado en la materia oscura. Y cogen una pincelada de aquí, otra de allí y crean en el caso que nos ocupa, por ejemplo: una persona. Sí, luego a eso los científicos lo llaman: concepción en base a la fusión de las cadenas de material genético y fusión de dos ADN distintos, para dar un genoma de seis mil millones de pares de bases de cromosomas. Que sí, que eso es cierto, pero el proceso creativo al que yo me refiero es por ejemplo la caprichosa explosión de color que se da en esa fusión.

Pero a lo que íbamos desde el principio. A veces, te encuentras una persona en la que reconoces tu materia y ella la suya en ti. El proceso creativo en sus pinceladas para cada uno, ha usado materia de la misma porción, como el pintor que usa el mismo color de una paleta repleta de ellos, para hacer formas en diferentes partes del lienzo. Y aunque se ha mezclado con otras porciones de materia más pequeñas, la materia se reconoce. Para ella no existe el tiempo, eso lo hemos inventado nosotros.

Resumiendo todo esto, las materias se reconocen entre sí, también aquellas que en la materia oscura no se pueden ni ver (nunca mejor dicho). Por eso te encuentras personas con las que las fuerzas de atracción son fuertes. Otras con las que las fuertes son las de repulsión. Y dejando la visceralidad a un lado y ateniéndose a la razón, a veces se hace un gran esfuerzo por mantener con otras un fino equilibrio.

Tengo muy claro cuáles son las fuerzas que me interesan. Y también la materia que prefiero.

Por casualidad: ¿has reconocido mi materia?

Ahora que me río con esto último, me imagino que he creado una nueva forma de acercamiento. En lugar de decir: “¿estudias o trabajas?”, se podría decir: “¿te suena mi materia?”

domingo, 8 de marzo de 2009

NO PUEDEN PEDIR MÁS EN LA VIDA

Me dices padrazo y lo agradezco, y lo intento todos los días, y todos los días se dan multitud de situaciones que me hacen sentir mal y me hacen pensar que por mucho que yo quiera, una madre es una madre, y como los cuida su madre, no los cuido yo. Y me duele ver la cantidad de fallos y descuidos, pequeñas desatenciones que me hacen intentar día a día mejorar como padre.

Me dices padrazo y lo agradezco, y no quiero ser descortés, pero... qué fácil lo tenemos los hombres: cualquier cosa que hagamos en la casa o con los niños, se nos valora.
¡Y tú!: abnegada madre trabajadora dentro y fuera de la casa, y madre dentro y fuera de cada situación: cuidas hasta el último detalle para que no les falte amor, atención, seguridad y cuidado.




Tus pequeños no pueden pedir más en la vida que tenerte a ti.

La mejor atleta del mundo no tiene nada que hacer frente al mejor atleta del mundo.


El mejor padre del mundo no tiene nada que hacer frente a la mejor madre del mundo.


jueves, 8 de enero de 2009

¿QUIÉN ES QUIÉN?


¿Se puede resumir en tres escuetas pistas una vida... una persona?


Pista del pasado:

Seis días antes de que yo naciera, Amstron dijo: «un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad». Y cuando me enteré de que me había perdido esa retransmisión en directo para todo el planeta, me enfadé un poco. Así que para desterrar el enfado, decidí ser "un hombre feliz" a partir de ese momento. «El hombre-masa es el hombre que carece de proyectos y va a la deriva». Ortega y Gasset. La rebelión de las masas, 1929.


Ya tengo el proyecto, vamos a ver cómo llevarlo a término.


Pista del presente:

Y para ser un hombre (me refiero a pertenecer a la especie humana), decidí ser técnico teniendo en cuenta de nuevo las afirmaciones de Ortega, «sin la técnica, el hombre no existiría ni habría existido nunca». Ensimismamiento y alteración. Meditación de la técnica, 1939.


Ya soy hombre (de especie humana, ya lo sabes), pero me falta comprender a los demás hombres, y parafraseando también a Ortega: los objetos los podemos estudiar de forma objetiva (para eso ya tengo la técnica y la ciencia), pero los sujetos como sujetos que son, los debemos estudiar de forma subjetiva. Y ahí me encuentro intentando comprender de forma subjetiva a todo el mundo.

Y como al ser técnico, ya me considero hombre (hombre de especie humana, que seguís pensado otras cosas) y comprendo a los demás hombres estudiándolos de forma subjetiva; sólo me queda resolver el pequeño detalle que debería acompañar al sustantivo hombre: feliz.


Y qué mejor que aplicar una fórmula, de esas que me gustan a mí: una fórmula que haga científica la expresión de una emoción. Para ello, me he ayudado de los amigos sabios de Punset. Aquí tenemos la fórmula de la felicidad a seguir:


«F = E ( B + M + P ) / ( C + R )»


La felicidad es igual a la emoción multiplicada por (Disfrute de la búsqueda+Mantenimiento y atención a las cosas pequeñas+Relaciones personales)

y todo ello dividido por(los factores reductores que son (la ausencia de desaprendizaje y miedo )+ la carga heredada (estrés imaginado, desgaste, abuso de poder político)) .

Edurardo Punset. Viaje a la Felicidad. 2007.


De lo que llevamos, en resumen: hombre-técnico que busca la felicidad en la sala de espera de la felicidad, intentando comprender a todo el mundo.


Pista del futuro:

Hasta aquí la teoría, y como «se hace camino al andar» Antonio Machado, falta la práctica, y para ello, siempre me han acompañado unos cuantos latinajos:

«Labor Omnia Vincit» Proverbio latino.

Que con la condescendencia de los profesionales de Cultura Clásica, prefiero darles una traducción más actual: «La acción siempre vence a la inacción". No sé quién dijo esto, pero seguro que era persona inquieta.

En definitiva: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Ortega y Gasset. Meditaciones del Quijote, 1914.



P.D.: toda esta creación, por ser mi visión de mi YO, puede no valer nada según los estudios de las últimas tendencias de la psicología, que dicen que «el YO no existe, sino el TÚ». Es decir, «YO no soy nada sin el TÚ que me miras». Un psicólogo poeta.


Veamos si coinciden en algo mi visión de mi YO, con la visión que TÚ tienes de mi YO, y tras todo este trabalenguas averiguas quién soy.

martes, 25 de noviembre de 2008

TRES CARTAS DE AMOR A UNA MUJER

Querida compañera:

He querido escribirte para contarte, por fin, mis sentimientos. Pasamos muchas horas uno junto al otro, en este trabajo, y siempre hemos guardado una amistosa distancia entre nosotros.

Ya no soporto mi secreto: siempre te he querido y no lo voy a callar más.

Desde que te conozco he sentido amor por ti. Y desde que lo siento, lo tengo escondido, no sé si es debido al respeto a la familia que has formado o por el miedo a perder tu amistad. Y así se habría consumido el tiempo, todo mi tiempo. Para mí habría sido suficiente con disfrutar de tus gestos y tu presencia, de tu voz; del aire que a tu paso mueves y que regala una caricia a mi piel.

En lo profundo me pregunto: ¿dónde estuvo ese punto de inflexión que cambió tu vida, en algo o en mucho? No dejo de reprocharme, no poder recordar, en qué momento dejaste de ser aquella mujer.

Qué sostenida situación ha sido tan ruin y traicionera, que con el sigilo de un hábil ladrón ha robado tu alegría. Y el brillo de tu mirada hace tiempo que se apagó y también el de tu sonrisa y con ellas, tus anhelos de vivir, de estudiar, de avanzar…

Y aún con todas estas escondidas desdichas, tu belleza ha sabido capotear el paso de estos años, tan sólo ataviada con el brillo natural de tus labios.

Qué sensación más amarga, pensar que ha sido tu tristeza la que me ha hecho valiente para, por fin, escribirte. Y he dudado, he creído, incluso he sospechado, hasta sin que te dieras cuenta te he examinado. Como si necesitase una señal, disimulada por un cuello alto en la ropa o un oscuro cristal. Doy gracias por no haberla encontrado. Pero, ¡ay, si la hubiera encontrado!, ¡ay si tú me hubieras contado!

Quiero verte feliz y por eso ya no callo. Ya no me importa perder tu amistad si estas palabras te llegasen a molestar. No me importa perderte, si con ello contribuyo a que tú te encuentres.

Y me pregunto hoy con ira, por qué no he sido capaz de escuchar antes lo que tu mirada, sin tú querer, me decía. Y porque me lo pregunto con desprecio, no soporto un día más sin ofrecerte mi mano, mi voz y mi aliento; mi vida entera te tiendo.

Arma tu valor y déjame acompañarte hasta donde tú quieras llegar.


Querida esposa:

Me he visto obligado a escribirte para explicarte mis pensamientos puesto que, cada vez hay menos diálogo entre nosotros, en todos los sentidos.

Te escribo para pedirte perdón. Sabes que no volverá a ocurrir. Sabes que estoy cambiando. Que me cuesta, pero estoy cambiado.

Tú sabes que te quiero.

Sabes que te quiero. Sí… a mi manera, pero te quiero y mucho. No puede haber nadie que te quiera más que yo.

Te aseguro que no volverá a ocurrir. Pero también te pido que tú pongas un poco de tu parte. Tú sabes que hay algunas cosas que me molestan. Y si tú me quisieras como yo a ti, para evitarme sufrimiento no las harías.

Y lo haces, eso de verte con esa amiga tuya. O pintarte tanto para ir a trabajar; a saber lo que se les pasará por la cabeza a tus compañeros cuando te vean aparecer así. Sin contar con la tontería esa de querer estudiar, a tu edad. La mayor parte de las veces son pequeños detalles. Son detalles que me ponen un poco nervioso, pero sabes que estoy cambiando. Aunque necesito que tú pongas un poco de tu parte.

Yo siempre lo he hecho todo por ti y por los niños. Y haré cualquier cosa para que nuestra familia no se rompa. Sabes que soy feliz pensando que siempre estaremos juntos y nada, ni nadie, se interpondrá entre nosotros.

Todos estos años juntos, no han servido para que yo te haya hecho entender lo que siento por ti.

Recuérdalo en todo momento: te necesito, te quiero.



Querida mamá:

Como sé que te gusta, como siempre, te cuento mis cosas y las de la hermana.

Hoy, en el colegio, me he divertido.

La maestra ha contado un cuento de un niño y su mamá. Los dos jugaban en la nieve en invierno, y en la playa en verano.

Me he acordado mucho de ti.

Me he reído mucho. Pero también he llorado un poco. Se me ha pasado cuando la maestra me ha abrazado.

La hermana, ya sabes, ahora siempre, habla poco.

En el colegio me gusta mucho el recreo y plástica.

Pero también, tengo que contarte algo más…

Me da un poco de vergüenza contarte una cosa que ha pasado hoy.

Como entre nosotros no hay secretos, te quiero contar que esta tarde he tenido un problema aquí, en el hogar escuela.

Mi educador me ha castigado porque no me he portado bien.

Ya lo sé. Sé que no se empuja, ni se grita, ni se pega.

Yo lo sé. Yo sé que no me he portado bien.

Pero… ¿qué otra cosa podía hacer?

Perdóname mamá. Ya no lo haré más.

Mañana te escribo de nuevo.

Mamá, te queremos. La hermana y yo te enviamos un beso.

¡Ah, se me olvidaba! Dale un beso a la abuela, allí donde tú estás: en el cielo.

jueves, 16 de octubre de 2008

AMSTERDAM: DE SEPIA A COLOR



Como siempre, hago muchas fotos, decenas, más bien cientos. Y algunas de ellas han sido en sepia. Las contemplo y mi percepción temporal se trastoca. Podrían ser fotografías tomadas hace muchos años.


Lo tengo claro: la esencia de esta ciudad es tan fuerte que la dimensión espacio ha obviado la dimensión tiempo.


Me fijo en las gentes que pasean, montan en bicicleta,

compran, conversan, o junto a un canal permanecen

sentadas en terrazas tomando café o té, ríen, se cuentan confidencias al oído…


Pero como siempre, mi mente no se queda ahí.

Mi mente ve a los que por allí pasaron y vivieron: en el reflejo del agua del canal veo a las familias que

abandonan su hogar empujadas de forma irascible.


Los veo, veo la desesperanza en los ojos de esos padres que miran hacia atrás, por la calle que vio crecer a los hijos que acompañan. No saben realmente lo que

les ocurrirá, pero un grave presentimiento les hunde el alma.

Veo el reflejo de una maleta, de un

sombrero, de abrigos largos y

pañuelitos en la cabeza. No hay música, ni siquiera de tristes violines que acompañan al violonchelo, tan sólo sollozos y abandono.

El dolor, cuando es intenso, puede crear una excepción espacio-temporal en la materia: y por eso los veo: su presencia está allí.

No hemos entrado en la casa museo de Anne Frank: no

necesito ver fotografías, ni que nadie me recuerde la historia, porque mi mente los ha visto al volver cada esquina, en el reflejo de cada ventana.


Y aunque Anne Frank perdió la batalla de la vida en el campo de Bergen-Belsen junto a su hermana Margot, ganó la guerra a los intolerantes. Ganó la guerra a los que acallaron su pluma extinguiendo su corta vida, porque después de todo se cumplió su deseo: ser escritora.


Un escritor no se considera como tal hasta que no se publica su obra. El diario de Anne Frank se ha publicado en más de sesenta idiomas y lo más importante: es

libro de texto en enseñanza secundaria en muchos

países. Es un registro vivo de los

sentimientos hacia el

horror.


Y sonrío junto a la casa de

Anne Frank. Aquí ya no cabe

más tristeza. La única manera de tapar ese agujero espacio temporal es la de equilibrarlo con mucho amor y alegría.


Por todo esto pienso que, a Ámsterdam hay que ir a

amar,

a amarse. A disfrutar de los rincones, las

esquinas, las fachadas, del intenso color amarillento de

sus árboles en otoño o de sus tulipanes en los balcones en

primavera. Hay que ir a ser tolerante y a ser tolerado.


El barrio Rojo es una demostración de la idea “ser tolerante y ser tolerado".


A lo largo de los años voy encontrando diferentes

definiciones del concepto de felicidad. Y suelen ser

definiciones que se pierden en el tiempo.


Aquí he encontrado otra. Felicidad es un efímero

sentimiento producido al brindar "por nosotros", en Ámsterdam, con una cerveza Heinequen y frente a una interesante y bella mujer.




jueves, 7 de agosto de 2008

MOLÉCULAS DE FELICIDAD


En Mallorca, en un paraíso perdido llamado Sa Punta: ha sido al observar uno de los atardeceres posiblemente más bonitos del Mediterráneo, cuando aconteció que:

En la superficie del mar había una molécula de oxígeno disociada en el agua que iba a ser respirada por un pez. En ese momento, una gaviota ha intentado comerse al pez y aunque no lo ha conseguido, sus alas han salpicado el agua que al leve contacto con el aire, en pleno proceso de vaporización, ha liberado esa molécula de oxígeno que el viento se ha encargado de traerme a mí. Y la he respirado. Ha llegado a los alveolos de mis pulmones y ha pasado a mi flujo sanguíneo. Hace un instante, transportada por un glóbulo rojo, ha pasado a gran velocidad por mi ventrículo izquierdo que con un gran impulso la he enviado a alimentar las células de los tejidos de mi cerebro, que como siempre, intenta deshacerse de todo lo que no le interesa y le ha soltado a un nuevo glóbulo, en su recorrido venoso, una modificación de oxígeno con un poquito de carbono (CO2). De vuelta a los pulmones, y unos instantes después, este gas se ha liberado en una relajante exhalación.
El viento, viajero en el espacio y el tiempo se la lleva hasta el grupo de algas que da vida a esta playa , y en el proceso básico para la vida en este planeta, le han quitado el Carbono y han liberado tan sólo el Oxígeno.

Ya es libre otra vez.

Es libre desde hace mucho tiempo. Esta molécula de oxígeno fue respirada por hombres neolíticos, talayóticos, romanos, vándalos, bizantinos, omeyas, almorávides, almohades, cristianos catalanes y aragoneses, mallorquines y turistas, y hoy por mí.

En este momento ha confluido mi visión de esta costa, el olor del mar, el sonido de la risa feliz de mis hijos que juegan entre sí y con sus primeros y efímeros amiguitos de verano. He tenido la misma visión que todos los que por aquí han pasado: he sentido el equilibrio de los elementos. Me he sentido parte del Universo. Sabemos que somos parte de él, pero miramos y estudiamos al Universo como si fuera algo ajeno a nosotros. Como el que se toca la otra mano sin querer darse cuenta de que es el mismo cuerpo.

Me he dado cuenta de que a veces la felicidad puede no tener nada que ver con la alegría y la sonrisa. Sino que puede ser un estado de placidez obtenido al sentirse en equilibrio con los elementos de la naturaleza que nos rodean.

Por la noche no he podido evitar salir a contemplar el firmamento. Y acompañado por el suave sonido de las olas he dibujado con mi mente las constelaciones.



Casiopea, Osa Mayor y Boyero.